Cuando hablamos de ahorrar dinero en casa, parece que la única solución es comprar lo más barato que puedas o reducir al máximo el consumo. Pero no siempre es así. Llevo casi un año ahorrando dinero en casa a la vez que compro y consumo productos de mucha calidad, y el pan es uno de ellos.
En este artículo te voy a contar cómo hago un pan de máxima calidad (también te contaré por qué creo es de tan buena calidad) y haré una comparativa de precios con el pan que puedes encontrar en tiendas.
¿Por qué hacer pan en casa es más económico que comprarlo en la tienda?
Para entender por qué ocurre esto, tenemos que pensar en la cadena de intermediarios. Es decir, cada vez que un negocio interviene en la venta de un producto, acaba aumentando su precio.
En el caso del pan, es tan sencillo como que hay un paso que hace años no existía, y es el de hacer el pan. Antiguamente, las personas cosechaban el grano (primer paso en la cadena de distribución), lo llevaban al molino donde lo convertían en harina a cambio de otro producto o bien pagando el coste que estipulaba el molinero (segundo paso) e iban a casa a hacer la masa madre y la masa del pan (tercer y cuarto paso). Una vez que estaba lista, iban al horno, si no tenían en casa, y pagaban o hacían intercambio para poder disfrutar del pan (quinto paso).
Lo que ocurre ahora es que no sólo hay 5 pasos. Por cierto, de esos 5 sólo había un incremento del precio en 2 de ellos (el molino y el horno). Sino que hay muchos más, ya que esperamos recibir el producto entero. No intervenimos en el proceso, por lo tanto, no somos nosotros los que aportamos valor, y, por lo tanto, tenemos que pagar por todos los pasos que intervienen en la producción de pan.
Además, actualmente hay muchos más pasos, ya que el pan se hace en cadena en una fábrica, y de ahí es transportado a las tiendas de venta al consumidor. Es decir, hay, como mínimo, dos pasos más en la cadena, la distribución y la venta al por menor. Ellos, como también aportan valor, venden su producto por un precio superior al que lo compraron y esto hace que el precio que paguemos sea cada vez mayor.
Claro, es posible que estés pensando que tampoco es tan grande el precio del pan como para suponer un gran ahorro al final de mes si hacemos el pan en casa. Y tienes razón. Hacer pan en casa no te ahorrará gran cantidad, aunque como veremos, sí hay una diferencia significativa. El verdadero ahorro es cuando tenemos esta mentalidad en muchos productos, es decir, cuando ahorramos pasos en la cadena de distribución y en lugar de dinero, aportamos tiempo.
Es más fácil ahorrar unos céntimos en cada producto y cada compra, que ahorrar cientos de euros de una vez. Si sigues el primer consejo, llegarás a ahorrar esos cientos de euros casi sin darte cuenta.
Cómo hacer pan casero de masa madre y ahorrar dinero
Ahora que ya tenemos claro que nos va a salir más barato, es momento de ver cómo hacer este pan, que ya verás, está delicioso.
Ingredientes básicos para hacer pan casero
Aquí está el éxito del ahorro: sólo necesitas 3 ingredientes y la buena noticia es que son muy baratos.
- Harina integral
- Sal sin refinar: 2%
- Agua: 65%
- Masa madre: 20%
No me gusta cocinar con recetas de pesos cerrados porque si un día quiero hacer más cantidad o menos, tengo que andar calculando las proporciones y después la nueva cantidad. Por eso, siempre prefiero trabajar con texturas o proporciones.
En este caso, lo haré con proporciones de la cantidad total de harina. Es decir, si quiero hacer un pan de 500g de harina, usaré el 2% de 500g (10g) de sal, el 20% de 500g (110g) de masa madre y el 65% de 500g de agua (325g).
Lo más caro será la harina, como te puedes imaginar. En mi caso la compro integral y ecológica. Me parece que estos dos detalles marcan la diferencia, y no tienen un gran impacto en el precio final del pan.
Esto es importante: no se trata únicamente de ahorrar dinero, se trata de ingerir alimentos de calidad, que si compramos hechos costarán mucho más dinero. De esta forma conseguimos un beneficio doble:
- más ahorro: si lo comparamos con el producto de alta calidad comprado,
- y mejor calidad: ya que probablemente, por querer ahorrar estaríamos comprando productos de peor calidad.
Herramientas necesarias para hacer pan en casa
Siempre que intento hacer cosas en casa, procuro que hacerlas no me suponga un coste más allá de comprar los ingredientes básicos.
En el caso del pan, al ser un producto que se ha consumido durante miles de años, no se necesita ninguna herramienta sofisticada. Es cierto que las hay, y si las compras, notarás una diferencia, pero tampoco son caras.
Las herramientas que uso son:
- Báscula para pesar las proporciones del pan
- Bol o ensaladera para hacer la mezcla y dejar reposar la masa
- Paño de cocina
Receta para hacer pan en casa sin amasar y ahorra dinero
Primer paso: necesitamos hidratar la harina, para ello mezclaremos en un bol toda la harina y el agua. No hay que amasar, sólo mezclamos con las manos o con una cuchara, hasta que quede una masa más o menos uniforme.
Dejamos reposar durante aproximadamente una media hora. Yo no ando mirando el reloj, la verdad. Hay momentos en que lo he dejado 15 minutos y otras 2 horas. Sí he notado alguna diferencia, por lo que trato de que sean unos 30 minutos, aunque insisto en que no ando con el reloj. De hecho, no tiene sentido porque entonces, hacer pan en casa nos ahorra dinero, pero nos quita tiempo, y no es eso lo que queremos tampoco.
Segundo paso: añadimos a la mezcla la masa madre y la sal. Ahora sí tenemos que integrar todos los ingredientes. Nos quedará una masa muy húmeda. No es necesario amasar, sólo mezclamos los ingredientes.
Tercer paso: dejamos reposar la masa durante un tiempo antes de estirar y hacer las dobleces a la masa.
Yo antes lo dejaba 15 minutos y, en seguida, empezaba a hacer las dobleces, pero me he dado cuenta, por casualidad (insisto que no estoy con el cronómetro delante), que si lo dejas un poco más de tiempo, el gluten se activa solo y la masa se vuelve mucho más elástica. A este proceso se le llama autólisis.
En total, la masa debe estar en esta primera fermentación fuera de la nevera por 6 horas. Esto depende de la temperatura ambiente, si hace calor, podemos reducirlo a 4 o 5 horas, y si hace frío, quizá lleguemos a necesitar 8 horas.
Esto yo lo he ido aprendiendo a través de la experiencia. Si lo dejas demasiado tiempo fuera de la nevera, fermenta muy bien, y reduce el impacto del gluten en el cuerpo, pero tiene un sabor más ácido. En cambio, si lo dejas poco tiempo, no estará tan ácido, pero el impacto del gluten en el cuerpo puede ser peor, sobre todo si tienes sensibilidad.
Durante estas 6 horas yo hago, sobre todo al principio, en las 2 o 3 primeras horas, unas dobleces a la masa, de forma que cojo un extremo, lo estiro y lo pliego sobre el lado contario. Esto lo hago con los 4 lados y lo dejo reposar de nuevo en el bol con un paño por encima.
Cuarto paso: pasadas las 5-8 horas de fermentación fuera de la nevera, meto la masa en la nevera y la dejo hasta que cumplan 24 horas desde que empecé a hacer el pan. Lo dejo tanto tiempo porque tengo mucha sensibilidad al gluten, y de esta forma he conseguido volver a comer pan sin problemas digestivos.
Quinto paso: saco la masa de la nevera, y mientras caliento el horno, le hago unos cortes profundos para evitar que durante el horneado se rompa por otra parte. No puedo decir a la temperatura a la que lo cuezo porque lo hago en un horno microondas especial y no puedo medir la temperatura, pero debe estar a unos 180 grados. Te recomiendo que vayas mirando y probando. Yo lo dejo unos 15 minutos para un pan de 500 gramos de harina, aunque lo mejor es que vayas mirando si la corteza se va poniendo tostada. Normalmente esto es indicativo de que por dentro está bien cocido.
Sexto paso: ya casi está listo para comer. Antes de cortarlo, me gusta dejarlo enfriar en una rejilla para que no sude y se enfríe por todos los lados. Cuando ya se pueda coger sin quemar, es momento de cortar y ¡disfrutar!
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Cómo planificar tu tiempo para hacer pan en casa
Como has visto, es un proceso largo, aunque no te llevará mucho tiempo, porque la mayor parte del trabajo lo harán las bacterias solas.
En cambio, a mí, al principio, me costaba mucho calcular el tiempo para saber cuándo iba a comer el pan, y había veces que lo hacía antes de tiempo, con el dolor de barriga asociado, y otras, había pasado tanto tiempo que estaba muy ácido.
A continuación, te propongo una programación para comer pan recién hecho durante el desayuno.
9:00: alimento la masa madre si no lo he hecho durante las 12 horas anteriores.
12:00: comienzo con el primer paso, es decir, mezclo la harina y el agua.
12:30: incluyo la masa madre, que ya estará bien activa y la sal.
12:30-14:30: estiro y hago los pliegues a la masa.
18:00: meto la masa en la nevera para la segunda fermentación y la dejo hasta la mañana siguiente.
7:00 (del día siguiente): saco la masa, hago los cortes y precaliento el horno.
7:05: meto en pan en el horno. Ojo, mi horno no es un horno convencional, pero tampoco es un microondas convencional, por eso los tiempos se reducen.
7:20: el pan está cocido y lo saco del horno para que enfríe.
7:30: ¡el pan está listo para el desayuno!
Lo que más me gusta de este tipo de recetas tradicionales es que se «hacen solas». No requiere de muchos pasos, aunque si es la primera vez que lo haces, quizá te abrume tanta información. Verás que, en cuanto lo hayas hecho un par de veces, en seguida le coges el truco y es mucho más fácil de lo que parece.
Planifica con anticipación y haz más de un pan a la vez
Una cosa que funciona muy bien es la anticipación. En este sentido he probado dos cosas que me han ido muy bien: hacer varias masas o dejarlas por más tiempo en la nevera y congelar.
Dejar la masa fuera de la nevera por mucho tiempo no es buena idea, ya que acaba dando un sabor muy ácido al pan, pero dentro de la nevera, todo el proceso se vuelve más lento. He llegado a tener las masas por 2 días dentro y el resultado no ha sido muy diferente de los panes que están el tiempo que indica la receta.
Otra cosa que me gusta hacer es congelar, ya que, al ser un proceso tan largo, necesita de mucha anticipación, y no siempre hemos caído en que no hemos hecho masa. Una vez que el pan ya está cocido y completamente frío, lo corto en rodajas y lo meto en una bolsa de cremallera. De esta forma, si un día me quedo sin pan para el desayuno o la cena, sólo tengo que sacarlo y meterlo en el tostador. ¡Es casi como tener pan recién hecho!
Conclusión: Ahorrar dinero y mejorar tus finanzas personales con el pan casero
Insisto en que hacer pan no te hará un gran ahorrador de la noche a la mañana, pero sí te ayudará a ahorra una pequeña parte, que, junto con otras pequeñas partes de la compra diaria, harán que merezca la pena al final de cada mes.
Lo mejor de este tipo de recetas es que no requieren mucha elaboración, sólo estar un poco pendiente, por lo que puedes ir haciéndolas mientras teletrabajas o te dedicas a otras cosas. Incluso, con los trucos que te contaba en el apartado anterior, puedes hacer una tanda durante el fin de semana, y guardar en la nevera o el congelador para el resto de la semana.
Pruébalo y me cuentas en los comentarios qué tal te ha ido. Yo desde que hago este pan, no he vuelto a comprar más pan porque nos gusta a todos, y lo mejor, es que no he vuelto a tener problemas digestivos porque no lleva levaduras y tiene un proceso de fermentación correcto.